martes, 25 de noviembre de 2014

Mujer y espiritualidad: Las cuatro caras de la mujer

Actualización 19 de marzo 2016:

Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com

He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!

Cintia


Restaurando tu auténtico poder...
Recobrando tu auténtica belleza...



La mujer ha sido objeto de inspiración de artistas, escritores, poetas, cantantes, escultores, publicistas, fotógrafos… se ha hablando de ella desde la filosofía, la antropología, la historia, la biología… se han escrito miles de crónicas, acerca del gran universo que supone la mujer y los temas con los que se la relaciona (belleza, moda, familia, estética…), claro está entre muchos otros, compartidos también por el género masculino. Se han escrito miles y miles de artículos en revistas y prensa del corazón acerca de los supuestos gustos de la mujer, nuestro carácter, necesidades, preferencias… y bien seguro que muchas de nosotras, al leer todo eso, no nos sentimos identificadas del todo con esos patrones y estereotipos sociales, pues nosotras somos eso, y mucho más.

¿Quiénes somos nosotras? ¿Qué hay detrás de esas caras, de esos cuerpos, de esas manos, de esas miradas, de esas sonrisas? Seres de luz.

Ser mujer es todo un fenómeno complejo de entender. Hay todo un entramado social y cultural que marca nuestra esencia desde nuestros orígenes. La desigualdad de género a lo largo de la historia, con todo lo que ello implica (cargas familiares, responsabilidades, desvalorización de nuestro género en muchas culturas, o de la labor que realizamos, pérdida de derechos sociales,…) obliga a que hagamos una mirada a nuestro pasado, para entender el presente y reconstruyamos o apoderemos nuestro futuro.

Los años pasan y siento cómo evoluciona la mujer que vive en mí. Esa mujer que siente, que ama, que mira, que observa, que se relaciona, que ES… Esa mujer que ha ido cambiando su forma de mostrarse al mundo, cada vez más desde el Ser, desde el corazón… esa mujer que no es la misma que era ayer… que no se relaciona ante la vida, en el amor, en la pareja, en la familia, en el trabajo como lo hizo algún día… porque todas somos mujeres en constante evolución!

Del mismo modo, observo las mujeres de mi entorno y de mi cultura, observo las mujeres de los lugares a los cuáles viajo y observo las vidas de las mujeres de otros lugares en películas y documentales y cada vez me llama más entender qué se oculta en el universo interior de la mujertodas tan diferentes… todas tan iguales.



Hace un tiempo hice un retiro sobre “Mujer y espiritualidad: Las cuatro caras de la mujer en acción. Reconsiderando nuestras fortalezas” y pude entender perfectamente el viaje que todas las mujeres hacemos desde nuestra niñez hasta la edad adulta, pasando por diferentes etapas y niveles de comprensión. Ese conocimiento y esa información me ayuda a entender de dónde vengo (como mujer) y hacia dónde voy y me ayuda a conocerme, reafirmarme, empoderarme y tener el coraje suficiente para ser la que esencialmente ya vive en mí o vine a ser en éste mundo.

Según el libro de Caroline Ward, al parecer la mujer tiene cuatro caras, por las cuáles vamos pasando mientras avanzamos en nuestro viaje personal llamado “Vida”.

-          La cara eterna: Es el corazón de nuestro ser, la cara de la inocencia, de la autenticidad, la que teníamos al comienzo de nuestra historia en este mundo, cuando éramos niñas, puras, inocentes.

-          La cara tradicional: La cara del amor, de la protección, del soporte. Lleva la belleza de los valores femeninos que nutren y hacen crecer. Pero es también la que construye para obedecer los esquemas proyectados por la sociedad, y que ha hecho acallar en la mujer sus aspiraciones más profundas. Es la que acaba cargando a cuestas el rol de mujer “impuesto” por la sociedad: el de madre, el de hija, el de ama de casa, el de “gallina que cuida a sus polluelos”… que con el tiempo acaba haciendo que ella se olvide de sí misma.

-          La cara moderna: Es la parte de nosotras mismas que busca la libertad, que desea superarse y afirmarse. Es la mujer emprendedora, la trabajadora que sale del hogar para formarse, aprender y abrirse camino en nuevos entornos. Es la mujer que se informa, que se abre al mundo con nuevas perspectivas y maneras de vivir. A lo mejor no la conduce hasta la verdadera felicidad, pero ella ya ha abierto una vía…

-          La cara espiritual, la “Shakti”: Es la mujer que encuentra su poder interior, su dignidad, su amor incondicional. Es la cara de la transformación, de la vuelta a sus raíces y de la liberación de toda fuente de pesar. Su sabiduría le permite alejarse de los caminos trillados y su poder interior le permite romper con las ilusiones, los temores y las carencias que se alojan en su conciencia. Es la mujer que emprende su camino de regreso al ser original, a su esencia. Recupera su paz interior y se convierte en benefactora del mundo pues al mismo tiempo que se sana y se ayuda a sí misma, sana y ayuda a los demás.



Una vez que la mujer llega a encontrarse con su cara espiritual, con la Shakti, se cierra el ciclo volviendo a su cara eterna, pues la mujer espiritual vuelve a recuperar la pureza, la inocencia y el brillo de cuando era niña…

Lindas mujeres… deseo de todo corazón que estéis en el punto del camino que estéis, sigáis siempre adelante hasta reencontraros con vuestra Shakti. El camino de la transformación no es fácil pero os aseguro que será apasionante porque cada pequeño avance será vuestro gran triunfo.

Cuantas más mujeres vayamos trascendiendo y transformándonos a nosotras mismas, más ayudaremos a transformar la Tierra, las personas, los lugares y entornos de nuestro alrededor… porque la transformación comienza por un@ misma!

Feliz camino bellas mujeres!!!

Con amor,

Cintia