miércoles, 15 de abril de 2015

Las cuatro nobles verdades de Buda

Actualización 19 de marzo 2016:

Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com

He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!

Cintia



Vivir es un arte que debe aprenderse, cómo se aprende el arte de pintar, de escribir o de escalar montañas. Nadie nos enseña a vivir cuando nacemos, nadie nos muestra el camino que debemos seguir para alcanzar la plenitud y nuestra realización personal, pero si nos nutrimos de las experiencias de maestros que ya han pasado por esas etapas de desarrollo de la consciencia y nos alimentamos de información que nutra el alma y nuestro ser, el camino nos será mucho más sencillo, que no por ello fácil.

Puesto que nadie nos ha enseñado a vivir, pensar y sentir de otra manera tenemos muy instalada en nosotros la creencia de que la vida que tenemos es la única posible y es la única manera de la cual se puede vivir. Cómo vamos a imaginarnos viviendo una vida diferente a la vida que vivimos sino sabemos de qué otras maneras se puede vivir? Ello nos lleva al fatal destino de creer que muchos de nuestros sufrimientos nos acompañarán para siempre y a creer que es “imposible” vivir sin problemas, sin apegos, sin miedo, sin dolor a las pérdidas, sin ira o frustración, sin enfado o rabia, sin discusiones o criticas. Desde nuestro nivel actual de entendimiento y conciencia es realmente imposible, pero entrenando un poco más nuestra mente y ahondando en el conocimiento de nuestra verdadera naturaleza como seres humanos podemos ir trascendiendo capas de realidad hasta ser capaces de vivir nuestras vidas trascendiendo toda ilusión y todo apego a nuestro ego o la imagen creada de nuestro “yo”, esto es, sin sufrimiento.

El budismo como camino de desarrollo espiritual

Las enseñanzas budistas están siendo un gran bote salvavidas y un gran faro de luz que guían mi camino en mi desarrollo espiritual. En una sociedad como la nuestra, tan desconectada de la espiritualidad y del entendimiento del alma, necesitamos alguien que nos guíe por el tránsito hacia nuestra verdadera naturaleza y, parte de las respuestas que necesitaba y del estilo de vida que me llena  lo estoy encontrando en el budismo, no como religión, sino como filosofía de vida.

Ése es otro aspecto que más me gusta del budismo a diferencia de otras religiones. El budismo aconseja, orienta, guía. No da órdenes ni pretende controlarte como lo hacen la mayoría de religiones basadas en un carácter jerárquico y dogmático. No castiga, no te condena a ir al infierno ni te obliga a ir a expiar tus pecados cada domingo. El budismo no te dice lo que tienes que hacer, simplemente te orienta y comparte contigo la sabiduría de una tradición milenaria que se basa en una visión humanista y universalista, defendiendo el respeto y la convivencia entre todas las formas de vida del planeta y entendiendo el amor y la compasión como valores fundamentales de desarrollo espiritual y convivencia en la humanidad.

La biografía de Buda como ser que alcanzó la iluminación, o estado de nirvana, es un ejemplo a seguir para todos aquellos que deseamos vivir una vida liberada de todo sufrimiento, para vivir una vida auténtica conectada con la verdadera espiritualidad, entendiendo la naturaleza de la realidad trascendiendo el mundo de la ilusión, sin dejar que sea el ego nunca más quien dirija nuestras vidas.

Yo, ahora

Actualmente me encuentro en un retiro de meditación en “Nilambe”, un centro de meditación en Sri Lanka. Ya pasé aquí 10 días en el mes de febrero y ahora he vuelto por un mes más durante todo el mes de abril. En éste lugar (como en cualquier otro lugar donde se practique la meditación y esté vinculado a las enseñanzas budistas) voy accendiendo cada vez más a niveles de comprensión de la realidad más profundas gracias a las enseñanzas que recibo en los días donde hay retiro y gracias a la información que leo, sumamente transformadora para mí. Cada charla incorpora algún aspecto nuevo a mi experiencia, me recuerda una vez más el camino a seguir  mediante la práctica de la meditación y sobretodo me hace recordar eso que ya soy, eso que ya vive en mi, esa sabiduría que yace en mi interior de manera innata (como la de todos) activando partes de mi alma y códigos de memoria presentes en mi cuerpo.

De los retiros que estoy haciendo son muchas de las cosas que quisiera compartir con vosotros, pero hoy voy a centrarme en un “Sutra” (literalmente discurso) que Buda ofreció después de la noche que se iluminó, el cual habla de “Las Cuatro Nobles Verdades”.

La noche que Buda se iluminó

Buda se sumió en un proceso de búsqueda espiritual para liberarse de todo sufrimiento. Shiddarta Gautama (que así se llamaba antes de convertirse en Buda) era un príncipe de una casta hindú compuesta de nobles y guerreros. Vivía dentro de palacio viviendo una vida real y alejada de todo lo que pasaba allí fuera. Se casó e incluso llegó a tener hijos pero se dio cuenta que eso no le llevaba a un estado plenitud, pues aunque supuestamente lo tenía todo, y tenía toda la rirqueza del mundo,  él seguía sufriendo y mucha gente allí fuera también sufría. Eso le llevó a salir de palacio a su edad de 29 años, dejándolo todo para ir en busca de su camino de realización personal y espiritual.  Pasó muchos años entregado a la meditación y a una vida ascética que implicaba  un estilo de vida moderado.

Buscó muchos maestros, aprendió muchas cosas él por sí mismo de la mente y del sentido de la vida, pero no le era suficiente. Él sabía que debía haber algo más. La noche en que finalmente Buda decidió sentarse bajo un árbol bodhi (una higuera, que es un árbol sagrado en India) lo hizo con la firme intención de no levantarse de allí hasta que alcanzara el nirvana (literalmente “cese del sufrimiento”) un estado de no-retorno, un desvanecimiento de toda ilusión de la mente, un estado trascendido de consciencia: la iluminación. Esa noche Buda pasó por cuatro fases o etapas de meditación, y en la última fase alcanzó un estado de purificación  de su mente que le llevó al entendimiento de las Cuatro Nobles Verdades.

Las Cuatro Nobles Verdades

Para que entendáis bien lo que son las cuatro nobles verdades os voy a poner el mismo ejemplo que Paul, nuestro profesor durante el retiro en el mes de febrero, nos puso.

Ejemplo 1: Vives en una prisión

Imaginad que estamos todos en una prisión. Nadie sabe realmente que hay allí fuera más allá de ésos barrotes que nos separan de la realidad. Todos los que estamos dentro pensamos cosas diferentes. Unos piensan que fuera hay una cosa, otros piensan que hay otra. Se supone que fuera está el paraíso, pero todo son suposiciones.

Llega un día que no te conformas con esa respuesta, y empiezas a preguntarte tu también que haces tu allí dentro. Cómo llegaste a esa prisión? Porqué? Y más aun… empiezas a preguntarte cosas sobre tu vida… Porqué soy mecánico? Porqué me gusta tanto trabajar con niños? Porqué de pequeño me gustaba tanto pintar? Porqué sufro? Porqué me duele tanto esto o aquello? Que pasa cuando morimos? Somos sólo materia? De donde venimos? Adónde vamos después de la vida? … Y muchas más preguntas de todo tipo de índole.

Y vas viendo que de vez en cuando alguien sale de la prisión y es finalmente libre. Pero tu no, tu sigues allí.

Para salir de la prisión en la que tu sol@ entraste, y que tu sol@ creaste debes compender las cuatro nobles verdades. Una vez alcances la comprensión de ellas, serás libre finalmente y podrás vivir en ese paraíso que te estaba esperando fuera…

Ejemplo 2: Estas enfermo

Otro ejemplo que puede ayudarnos a entenderlo bien es el de la enfermedad. Imaginaros que estamos todos enfermos, pero nosotros no lo sabemos, no sabemos nada de nuestra enfermedad. Un día alguien viene a ti y te dice lo que te pasa: “Amigo, tienes cáncer, o depresión o artritis… o adicción a las drogas, o al tabaco, o al alcohol…” lo que sea, y tu no sabías nada antes.

Si esa persona no sabe o no acepta su enfermedad no hay nada que hacer, él o ella no entenderá nada y no podrá curarse. Sólo tomando conciencia de que estamos enfermos podremos buscar un camino de salida, y para buscar ese camino necesitaremos tener una motivación, un interés, un propósito, aceptar la responsabilidad sobre nuestra propia vida y adquirir un fuerte compromiso con nosotros mismos.

Ahora pues, vamos a ver cuáles son las cuatro nobles verdades
  1. La vida incluye sufrimiento

Sufrimiento es insatisfacción, descontento y la vida está llena de momentos de insatisfacción, tristeza, descontento, … es decir sufrimiento. El nacer es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, morir es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la pena, la desesperación, la tristeza, la ira, la rabia… todo eso es sufrimiento. Cuando vamos rápido por la vida, estamos cansados, nos sentimos sin energía, sentimos que la vida nos supera, que no llegamos a todo, que estamos desbordados… eso es sufrimiento. Cuando nos separamos de alguien a quien queremos es sufrimiento, cuando no podemos desapegarnos de una persona, cuando lamentamos la pérdida por la muerte de un ser querido, cuando no podemos obtener algo que queremos o  nos causa placer es sufrimiento… asi pues… sufrimos mucho todos los seres humanos!

Lo primero que debemos entender es que estamos sufriendo. Si no somos conscientes de cuánto sufrimiento hay en nuestras vidas no vamos a poder buscar el remedio o la solución. En nuestro ejemplo de antes, si no sabes que estás en una prisión no vas a ser consciente que puedes hacer algo para salir de ella y vivir en libertad, o si no sabes que estás enfermo, no vas a poder tomar conciencia de porqué enfermaste y que puedes hacer tú para sanar.

2.  El origen del sufrimiento son los deseos y los anhelos

Sufrimos cuando deseamos algo y no lo podemos obtener. Cuando literalmente tenemos sed de algo. El sufrimiento se origina en el ansia que causan nuestros deseos, los sentidos, los placeres sensuales… buscando la satisfacción en miles de cosas que un ser humano puede desear. Sufrimos cuando deseamos que nos cojan en un trabajo nuevo y no nos llaman, cuando deseamos que nos suban el sueldo y no nos lo suben, cuando deseamos perder peso y no lo perdemos, cuando deseamos que alguien nos quiera y no nos quiere, cuando deseamos seguir en una relación y el otro quiere dejarla, cuando deseamos comprarnos una casa mejor pero no podemos, cuando deseamos  más tiempo para nosotros y no lo tenemos, cuando tenemos un deseo sexual y no se satisface, cuando queremos ir de viaje y no podemos porque estamos enfermos o no tenemos suficiente dinero… por mil cosas. Creo que todos podemos reconocer en mayor o menor  medida algunos síntomas de sufrimiento en nuestras vidas.

3. El sufrimiento puede extinguirse cuando se extingue la causa

Detrás de todo sufrimiento hay un deseo, algo que queremos, algo que anhelamos. Deseamos algún placer sensual relacionado con los sentidos, deseamos llegar a ser algo, deseamos obtener algo. Cuando dejamos de tener tantos deseos y anhelos y empezamos a aceptar las cosas como son, y empezamos a ser felices con lo que tenemos, dejamos de sufrir. Cuando empezamos a contentarnos con la vida tal cual es y empezamos a abrazar la vida tal cual se nos presenta, dejamos de sufrir.
Tal vez no desearas que la relación con tu pareja acabara, o tal vez te hubiera gustado que te llamaran de aquel trabajo o te hubiera gustado poder ir a cenar con aquella chica… pero si las cosas no fueron como a nosotros nos hubiera gustado, tan solo aceptando el momento tal cual es (dejar de querer, dejar de pretender), el sufrimiento se desvanece, porque no quieres otra cosa que no sea lo que ya es.

En nuestro ejemplo de antes, podríamos entender ésta noble verdad si por ejemplo viniera alguien y te dice: “Ya está bien, ya puedes salir de prisión, has cumplido tu condena”. O si viniera el médico y te dijera: “Tranquilo, tu enfermedad tiene solución”. Esta noble verdad nos trae buenas noticias… hay una solución a nuestro sufrimiento! No estamos condenados de por vida a sufrir, podemos dejar de sufrir!

El budismo habla de ésta noble verdad como el abandono del ansia de placeres sensuales y todo tipo de “quereres” sean del tipo que sean. Muchos budistas siguen éstos preceptos de un modo extremo y llegan a privarse de todo (posesiones materiales, actividades de ocio, relaciones sexuales, experiencias sensoriales, vestimenta, estilo de vida…). Bajo mi opinión, tampoco hay que irse a un extremo tan radical, a mi me gusta mucho lo que en budismo también se llama “El camino del medio”, pero entendiendo correctamente lo que aquí se pretende decir sobre el dejar de desear y de querer tanto creo que queda claro que se sufre menos. Luego cada cuál debe de buscar su manera, su punto de equilibrio interno para no sufrir por cuestiones externas y deseos. Ésta noble verdad es algo que debe ser entendido y experimentado por la propia persona, no es una cuestión de entendimiento intelectual.

4. El noble camino es el método para extinguir el sufrimiento

Ok… perfecto! Ahora ya sabemos que estábamos sufriendo, ya sabemos que sufríamos porque teníamos deseos, constantemente queremos cosas…  y ahora ya sabemos también que podemos extinguir el sufrimiento. Tenemos excelentes noticias!

Ahora la clave es… y cómo lo hago? Cómo salgo de aquí? Dónde está la puerta de salida? Qué medicina puedo tomar para “curar” mi sufrimiento? Cuál es la dirección que debo tomar ahora en mi vida?

El doctor puede darte una pastilla, o el carcelero puede abrir la puerta de la cárcel, pero… creéis que esa es la solución definitiva a nuestro sufrimiento? Si no cambio nada de mi vida, de mis esquemas de pensamiento, si no genero otro tipo de sabiduría y conciencia es probable que al poco tiempo vuelva a estar enfermo o vuelva a estar en la prisión, privado de libertad y lleno de sufrimiento.

La clave es… CAMBIA TU VIDA!!!

Y como podemos cambiar nuestra vida? Podemos cambiarla siguiendo lo que el budismo llama  “El noble óctuple camino”.

El noble óctuple camino

El budismo prescribe un método o camino en el que se intenta evitar los extremos de una búsqueda excesiva de satisfacción por un lado, y de una mortificación innecesaria por otro (lo que ellos llaman, el camino del medio).
Éste camino a seguir para curarnos, para sanar, para ser libres y dejar de sufrir contiene a grandes rasgos tres apartados:

-         1.  Sabiduría
-          2. Conducta ética
-          3. Disciplina mental o cultivo meditativo de la mente y corazón por medio de la meditación, la atención y la plena consciencia del presente de manera continua.

El noble camino contiene ocho aspectos:

1.       Visión o comprensión correcta
2.       Pensamiento o intención correcta
3.       Habla correcta
4.       Acción correcta
5.       Medio de vida correcto
6.       Esfuerzo correcto
7.       Consciencia del presente o atención correcta
8.       Concentración o meditación correcta

Podríamos desglosar cada uno de éstos ocho aspectos pero creo que es suficiente por hoy…

Ahora… a trabajar!

Bien amig@s... Aquí he compartido con vosotros algo que yo considero muy valioso, algo que podría ser una hoja de ruta, una brújula que te orienta hacia el camino correcto, el que nos liberará del sufrimiento y nos llevará a vivir una vida plena, llena de libertad, gozo y satisfacción.

Todos sabemos que la teoría es muy sencilla y la práctica no lo es tanto… de lo que se trata no es de pretender hacerlo perfecto desde ahora mismo, se trata de empezar dar los primeros pasos y hacer el camino al andar como dice la canción…

Si somos conscientes que podemos cambiar nuestra vida y dejar de sufrir y sabemos más o menos en qué dirección ir ahora solo falta tesón, valentía, perseverancia, esfuerzo para ir obteniendo esos pequeños logros e ir realizando personalmente esas pequeñas conquistas!

Amig@s os deseo a tod@s de corazón una vida plena, anclada en el momento presente, libre de todo sufrimiento… permitiendo amar la vida y la existencia con el corazón bien abierto y con una mente serena, enfocada en lo esencial! Que la sabiduría os acompañe e ilumine vuestro camino!

Muchos abrazos llenos de luz y amor para vosotr@s...
  

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