Actualización 19 de marzo 2016:
Ya he transferido completamente éste blog a mi nuevo blog www.cintiasloveinaction.com
He puesto mucha energía en él y me encantaría veros por allí.
Os espero con los brazos abiertos!
Cintia
Recobrando tu auténtica belleza...
La mujer ha
sido objeto de inspiración de artistas, escritores, poetas, cantantes,
escultores, publicistas, fotógrafos… se ha hablando de ella desde la filosofía,
la antropología, la historia, la biología… se han escrito miles de crónicas,
acerca del gran universo que supone la mujer y los temas con los que se la
relaciona (belleza, moda, familia, estética…), claro está entre muchos otros,
compartidos también por el género masculino. Se han escrito miles y miles de
artículos en revistas y prensa del corazón acerca de los supuestos gustos de la
mujer, nuestro carácter, necesidades, preferencias… y bien seguro que muchas de
nosotras, al leer todo eso, no nos
sentimos identificadas del todo con esos patrones y estereotipos sociales, pues
nosotras somos eso, y mucho más.
¿Quiénes somos nosotras? ¿Qué hay detrás de esas caras, de esos
cuerpos, de esas manos, de esas miradas, de esas sonrisas? Seres de luz.
Ser mujer es
todo un fenómeno complejo de entender. Hay todo un entramado social y cultural que marca nuestra esencia desde nuestros
orígenes. La desigualdad de género a lo largo de la historia, con todo lo
que ello implica (cargas familiares, responsabilidades, desvalorización de
nuestro género en muchas culturas, o de la labor que realizamos, pérdida de
derechos sociales,…) obliga a que
hagamos una mirada a nuestro pasado, para entender el presente y reconstruyamos
o apoderemos nuestro futuro.
Los años pasan
y siento cómo evoluciona la mujer que
vive en mí. Esa mujer que siente, que ama, que mira, que observa, que se
relaciona, que ES… Esa mujer que ha ido cambiando su forma de mostrarse al
mundo, cada vez más desde el Ser, desde el corazón… esa mujer que no es la misma que era ayer… que no se relaciona ante
la vida, en el amor, en la pareja, en la familia, en el trabajo como lo hizo
algún día… porque todas somos mujeres en
constante evolución!
Del mismo
modo, observo las mujeres de mi entorno y de mi cultura, observo las mujeres de
los lugares a los cuáles viajo y observo las vidas de las mujeres de otros lugares en películas y documentales y
cada vez me llama más entender qué se
oculta en el universo interior de la mujer… todas tan diferentes… todas tan iguales.
Hace un tiempo
hice un retiro sobre “Mujer y espiritualidad: Las cuatro caras de
la mujer en acción. Reconsiderando nuestras fortalezas” y pude entender
perfectamente el viaje que todas las
mujeres hacemos desde nuestra niñez hasta la edad adulta, pasando por
diferentes etapas y niveles de comprensión. Ese conocimiento y esa información
me ayuda a entender de dónde vengo (como mujer) y hacia dónde voy y me ayuda a conocerme, reafirmarme,
empoderarme y tener el coraje suficiente para ser la que esencialmente ya vive
en mí o vine a ser en éste mundo.
Según el libro de Caroline Ward, al parecer la mujer tiene cuatro caras, por las
cuáles vamos pasando mientras avanzamos
en nuestro viaje personal llamado “Vida”.
-
La cara eterna: Es el corazón de nuestro ser, la cara
de la inocencia, de la autenticidad, la que teníamos al
comienzo de nuestra historia en este mundo, cuando éramos niñas, puras,
inocentes.
-
La cara tradicional: La cara del amor, de la protección,
del soporte. Lleva la belleza de los
valores femeninos que nutren y hacen
crecer. Pero es también la que
construye para obedecer los esquemas proyectados por la sociedad, y que ha
hecho acallar en la mujer sus aspiraciones más profundas. Es la que acaba
cargando a cuestas el rol de mujer “impuesto” por la sociedad: el de madre, el
de hija, el de ama de casa, el de “gallina que cuida a sus polluelos”… que con
el tiempo acaba haciendo que ella se olvide de sí misma.
-
La cara moderna: Es la parte de nosotras mismas que busca la libertad, que desea superarse y
afirmarse. Es la mujer emprendedora,
la trabajadora que sale del hogar para formarse,
aprender y abrirse camino en nuevos entornos. Es la mujer que se informa,
que se abre al mundo con nuevas
perspectivas y maneras de vivir. A lo mejor no la conduce hasta la
verdadera felicidad, pero ella ya ha abierto una vía…
-
La cara espiritual, la “Shakti”: Es la mujer que encuentra su poder interior, su dignidad, su amor incondicional. Es
la cara de la transformación, de la
vuelta a sus raíces y de la liberación
de toda fuente de pesar. Su sabiduría le permite alejarse de los caminos
trillados y su poder interior le permite romper con las ilusiones, los temores
y las carencias que se alojan en su conciencia. Es la mujer que emprende su camino de regreso al ser original, a su
esencia. Recupera su paz interior
y se convierte en benefactora del mundo pues al mismo tiempo que se sana y se
ayuda a sí misma, sana y ayuda a los demás.
Una vez que la mujer llega a
encontrarse con su cara espiritual, con la Shakti, se cierra el ciclo volviendo
a su cara eterna, pues
la mujer espiritual vuelve a recuperar la pureza, la inocencia y el brillo de
cuando era niña…
Lindas mujeres…
deseo de todo corazón que estéis en el punto del camino que estéis, sigáis siempre adelante hasta
reencontraros con vuestra Shakti. El camino de la transformación no es
fácil pero os aseguro que será apasionante porque cada pequeño avance será
vuestro gran triunfo.
Cuantas más
mujeres vayamos trascendiendo y transformándonos a nosotras mismas, más ayudaremos a transformar la Tierra, las
personas, los lugares y entornos de nuestro alrededor… porque la transformación
comienza por un@ misma!
Feliz camino
bellas mujeres!!!
Con amor,
Cintia
No hay comentarios:
Publicar un comentario